sábado, 1 de febrero de 2014

Quitarse la careta

Pocas actitudes caracterizan tanto a la sociedad contemporánea como la doblez (o el doblez, pues la Real Academia Española acepta ambas formas), esa forma de conducirse que da a entender lo contrario de lo que se siente. Desgraciadamente, también en la oficina moderna se estila este ocultamiento artero de las verdaderas intenciones que indefectiblemente conduce a la desconfianza mutua. Así, cualquier conversación profesional se convierte en una pequeña partida de póquer, mucho más cuando la misma tiene que ver con aspectos relacionados con la retribución propia o ajena o con las hoy desusadas promociones.

Dijo J.F. Kennedy que se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Efectivamente, antes o después cualquier estrategia de ocultación debe abandonarse, bien por conveniencia estratégica o por resultar muy difícil o imposible su mantenimiento por más tiempo.

Decimos entonces que "nos quitamos la careta", indicando que abandonamos la falsedad para dejar claras nuestras verdaderas intenciones y propósitos, cuando no características de nuestra personalidad que hubiéramos preferido mantener ocultas. En todo caso, y sean unas u otras las cosas que se escondieran bajo nuestra doblez, es sólo en ese momento final cuando se pone de manifiesto toda la vileza de nuestra conducta anterior.

La expresión aparece recogida en el Diccionario Akal del Español Actual con el valor de "desenmascararse, comportarse de forma auténtica".  Empleamos aquí la referencia a la "careta" con el sentido de la tercera acepción que recoge María Moliner, "simulación con la que alguien encubre su manera de ser, ideas o intenciones", por extensión de los sentidos originales que tienen que ver con máscaras y antifaces que se emplean para cubrir el rostro.

Es en la tradición marinera donde encontramos una expresión que viene a expresar de forma muy precisa el sentido que buscamos.  Se trata de la locución to show one's true colours, que podemos traducir literalmente como "mostrar los verdaderos colores", refiriéndose a los de la bandera de un navío.  Efectivamente, no era infrecuente en la época dorada de la navegación a vela que algunos barcos ocultaran sus aviesas intenciones, enarbolando un pabellón distinto del suyo y transgrediendo así las leyes del mar. Si bien esta acción desalmada era propia de piratas, que aprovechaban la treta para acercarse a sus víctimas antes de que éstas tuvieran tiempo de escapar, no faltan ejemplos de la misma en algunas batallas notables.

El Cambridge American Idioms Dictionary define esta locución verbal como "dejar que los demás vean como alguna persona o cosa realmente es" ("to let others see what someone or something is really like").  El Penguin Idioms Dictionary, por su parte, apunta el siguiente valor: "mostrar nuestro verdadero carácter" ("to reveal one's true nature").  En el mismo diccionario encontramos la construcción que se emplea en inglés para referirnos a la fase previa, caracterizada por la simulación o el disimulo ("to sail under false colours").

Apuntemos, finalmente, que esta acción de "mostrar los verdaderos colores" debe ser realizada por el propio sujeto.  Si somos nosotros los que "le quitamos la careta" es más aconsejable recurrir en inglés al verbo to unmask, equivalente a nuestro "desenmascarar" que es también el que emplearíamos en castellano en este contexto.

Ejemplos prácticos:
  • Parecía que estaba de acuerdo con todo lo que le íbamos proponiendo pero cuando llegó su jefe de Pekín se quitó la careta y empezó a pedir que cambiaramos las condiciones del contrato. He seemed to agree with all our proposals but when his boss arrived from Beijing he showed his true colours and started to demand that we changed the terms of the contract.
  • Cuando las cosas se empezaron a complicar Guardiola se quitó la careta y demostró que no era el caballero de las dos primeras temporadas. When the going got tough Guardiola showed his true colours and came across as someone very different from the gentleman of his first two seasons in charge.

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