martes, 7 de enero de 2014

Porculero

Un colega mexicano del autor está asombrado por la moderna costumbre española de rematar muchas frases, especialmente aquellas que enuncian la solución a un problema o, más genéricamente, algún plan de acción, con la coletilla "y a tomar por culo".  El hermano del autor fue incluso expulsado hace años de su colegio por rematar una conversación con un profesor con esta inofensiva coda que fue, quizá inevitablemente, malinterpretada por el docente.

Ilustran estas anécdotas la frecuencia con la que recurrimos en el habla coloquial a referencias a la sodomía, en sus variantes activa ("dar por culo") o pasiva ("tomar por culo"), sin importarnos que su implícita aceptación social probablemente sitúa muchas de estas expresiones fuera de la cada vez más reducida esfera de la corrección política.

En todo caso, el uso de las mismas sigue en auge e incluso aparecen variantes que refinan en alguna medida el concepto, dotándole de perfiles menos agresivos, al menos en lo formal.  El muy descriptivo y hoy algo tosco "encular" aparece recogido incluso en el Diccionario de la Real Academia Española, aunque únicamente en su sentido literal.  Hace tiempo le sucedió el más imaginativo "porculizar", que podemos escuchar declinado en nuestras oficinas siempre en sentido figurado y generalmente en tono de amenaza o advertencia ("como no lleguemos a los objetivos de ventas, nos van a porculizar con el bonus").

Más recientemente, se ha popularizado el uso del adjetivo "porculero", un neologismo que puede emplearse para referirse tanto a personas como a cosas.  En el primer caso, su valor es cercano al de "tocapelotas", perfil humano que ya hemos tratado específicamente.  Se trata de esos personajes, por desgracia bastantes numerosos, cuya actividad se centra, generalmente de manera intencionada, en importunar a quienes le rodean.  Decimos generalmente porque no faltan tampoco casos en que es el sujeto pasivo quien, poseído de una incipiente manía persecutoria, interpreta todas las acciones o palabras de alguien como orientadas a irritarle o fastidiarle.

Apuntemos que el concepto resulta mucho más suave que el resto de pobladores de este campo semántico.  Obsérvese la notable diferencia entre emplear el hoy poco habitual "porculizador", que connota un ánimo agresivo y siniestro, y "porculero", que se centra más bien en las molestias que se ocasionan.  Quizá un ejemplo ilustre la cuestión: "El nuevo jefe tenía una fama de porculizador terrible; por donde había pasado había recortado plantillas y costes a lo bestia.  Sin embargo, aquí lo que se ha dedicado es a pedirnos todo tipo de informes porculeros pero no ha dado mucha guerra".

Quizá por ello su uso se ha extendido también al ámbito de las cosas, tal como ilustramos en el ejemplo anterior.  Nunca calificaríamos un informe, una llamada de teléfono o un determinado proyecto como "tocapelotas" (aunque sí podemos decir que "nos tocan las pelotas") pero sí podemos referirnos a ellos como "porculeros" si nos importunan o irritan.  Esta extensión ha contribuido, sin duda, a la popularización de este vocablo y a que no falte quien ya abogue en las redes sociales por su incorporación al DRAE.

La expresión inglesa que resulta más útil en este contexto también incorpora el culo pero lo hace, como casi siempre, de manera más sutil.  Se trata, como el lector avisado ya habrá sin duda adivinado, de la locución a pain in the ass/arse que, además de sus dos versiones principales, conoce otras formas más o menos remilgadas que incorporan referencias más elegantes al propio culo (backside, butt) o, directamente, otras alternativas (neck).  Todas ellas hacen referencia, según el Cambridge Advanced Learner's Dictionary, a "una persona o cosa que resulta muy molesta" ("someone or something that is very annoying").

Ejemplos prácticos:
  • Había oído que era bastante gilipollas pero no se metía mucho en el día a día.  No me esperaba que fuera tan porculero.  I had heard he was an asshole but didn't get much involved in day-to-day issues.  I never expected him to be such a pain in the ass.
  • Ya está retirado y debería llevar una vida tranquila pero tiene una hija adolescente que es super porculera.  He is retired now and should be leading a quiet life but he has a teenage daughter who is a real pain in the arse.
  • Me tuve que quedar en la oficina hasta tarde para terminar un informe que, al final, resultó ser muy porculero por todos los cambios regulatorios.  I had to stay late in the office in order to finish a report that turned out to be a pain in the arse because of all the regulatory changes.
  • Los verbos irregulares españoles son muy porculeros para la mayoría de los extranjeros.  Spanish irregular verbs are a real pain in the neck for most foreigners.

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