miércoles, 25 de mayo de 2011

No dejar títere con cabeza

No es frecuente que la crítica en la oficina moderna permanezca en el ámbito de lo constructivo. Una vez que se abre la caja de Pandora, lo habitual es que se proceda a despellejar de forma minuciosa y completa a la persona o ente objeto de nuestras atenciones. En otro lugar hemos tratado la enorme pluralidad formal que ofrece nuestro idioma para referirse a esta actividad.

En ocasiones, generalmente cuando la agitación del propio discurso se torna embriagadora, el afán crítico se adentra en una dimensión más desenfrenada. No distingue ya amigos o enemigos y se desata de forma indiscriminada sobre todo lo que se mueve, generalmente con inusitada violencia verbal.

El Diccionario de la Real Academia Española define la locución "no dejar títere con cabeza" como "desacreditar acremente, hablando o escribiendo, a un cierto número de personas". También nos ofrece el valor de "deshacer radicalmente una organización". El Diccionario de Uso del Español de María Moliner, por su parte, nos ofrece una definición singularmente adaptada a su uso habitual en la oficina moderna: "dirigir censuras o ataques a todo o a todos en cualquier cuestión".

Como se observará, es su carácter indiscriminado lo que caracteriza la conducta, y no tanto que las críticas sean o no justificadas o proporcionadas a las causas que las pudieran ocasionar.

En inglés, a falta de expresiones tan descriptivas como la nuestra, la forma más adecuada para trasladar esta idea es probablemente la más prosaica to spare none que podemos traducir literalmente como "no perdonar a nadie".

Ejemplos prácticos. English examples.
  • Cuando le preguntaron por el arbitro, se le fue la olla totalmente y no dejo títere con cabeza. When they asked him about the referee, he completely lost it and spared none.
  • Media hora después de que se fueran los clientes, Marcos convocó una reunión y no dejó títere con cabeza. Se calentó tanto que hasta dió puñetazos en la mesa. Daba miedo. Half an hour after the clients left, Mark called a meeting and spared none. He got so carried away that he even banged his fist on the table. It was scary.

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