martes, 9 de noviembre de 2010

Al pan, pan

Conversaban la otra mañana en Radio Nacional sobre el creciente uso en esta época de crisis económica de la palabra "ajuste", en otro tiempo casi sólo presente en la vetusta "carta de ajuste" . La misma ha pasado a emplearse con liberalidad cuando se trata de hablar de los recortes y reducciones que vienen caracterizando los últimos tiempos, camuflando las claras connotaciones de estos.

Ilustra este ejemplo la moderna tendencia a evitar llamar a las cosas por su nombre, enmascarándolas tras palabras amables y construcciones artificiosas. El eufemismo ("manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante", según la definición del Diccionario de la Real Academia Española) es apenas la antesala de las medias verdades y las mentiras completas.

Es por ello desusado en nuestros tiempos llamar al pan, pan y al vino, vino, expresión clásica que el DRAE nos define precisamente como "dar a entender que alguien ha dicho a otra persona algo llanamente, sin rodeos y con claridad". Los elementos de la comunicación que incorpora la definición (sencillez, ausencia de rodeos, claridad) son en la oficina moderna conspicuos por su ausencia.

En inglés existe una expresión con una estructura muy similar e idéntica connotación: to call a spade a spade (algo así como llamar a la pala, pala). Nótese que la palabra spade puede constituir en algunos contextos uno de los términos más despectivos para referirse a los negros (más allá incluso de nigger) por lo que el uso de la expresión no debe dejar dudas en cuanto a nuestro sentido.

Ejemplos prácticos:
  • Estoy harto de este tema; ya es hora de que alguien llame al pan, pan y al vino, vino. I am fed up with all this; it's high time someone calls a spade a spade.
  • Vamos a llamar a las cosas por su nombre: Pablo es un auténtico gilipollas. Let's call a spade a spade: Paul is a complete asshole.

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